¿Es el museo la única forma de revitalizar los sitios post-mineros? El caso de Lercara Friddi, Sicilia

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Descripción

Lercara Friddi es una localidad del interior de Palermo, una de las más alejadas de la capital de la región (Sicilia). Históricamente, fue un importante centro minero, el único aferente a Palermo, a través del cual se extraía azufre. Este pequeño centro rural, ya existente, pasó por una fase de importante desarrollo gracias a la mina, alrededor de la primera mitad del siglo XIX. La importancia económica del lugar recibió la atención de muchos empresarios extranjeros, en primer lugar los Rose-Gardner (americanos e ingleses), relacionados con la más famosa familia Whitaker. Gracias a este tipo de atención, Lercara Friddi se desarrolló considerablemente: económica pero sobre todo demográficamente, convirtiéndose pronto en un gran centro, único en el paisaje rural entre Palermo, Agrigento y Caltanissetta. El azufre extraído y tratado se enviaba a Palermo, gracias a una red ferroviaria construida ad hoc hacia 1870, en funcionamiento hasta 2015-2017, aunque con una función diferente.

El auge demográfico y el nuevo interés por la zona de Lercara Friddi no supusieron, sin embargo, un bienestar generalizado ni un progreso social: no sólo por las condiciones en las que trabajaban los mineros, sino también por la extrema fragilidad de todo el sistema minero: ya a principios del siglo XX, la extracción y el tratamiento del azufre entraron en crisis, al dejar de ser especialmente relevantes.

Lercara Friddi fue también el primer centro que se documentó periodísticamente: Jessie White-Mario documentó, precisamente en Lercara, por primera vez, lo que eran las minas y lo que costaba pagar en términos de explotación de la mano de obra en condiciones inhumanas, especialmente femenina y juvenil.

No obstante, la extracción continuó con dificultad hasta el tercer cuarto del siglo XX, aunque acompañada de numerosas huelgas, muchas pérdidas humanas y un empobrecimiento social y medioambiental general (la prolongada huelga de los mineros en 1951 tuvo un particular eco mediático)

¿Qué queda de este moderno complejo minero hoy?

En primer lugar, un empobrecimiento global del paisaje y del patrimonio natural: según uno de los últimos informes de la Dirección Regional de Aguas y Residuos, en la zona de Lercara hay al menos cinco lugares de extracción (pertenecientes a cinco concesiones diferentes) que necesitan ser saneados y reestructurado.

 

 

La constante actividad minera, durante más de un siglo, ha causado constantes emisiones de dióxido de azufre: no solo han pagado el precio los mineros, también el paisaje en su totalidad. Desde un punto de vista cultural, monumental, arquitectónico, ¿qué queda? Según Luciano Marino, alcalde de Lercana Friddi, muy poco.

Un antiguo horno "De branquias", las ruinas de una antigua subestación eléctrica, parte de un antiguo pozo minero, algunos cobertizos y poco más.

Sin embargo, hace tiempo que Lercara Friddi y, en general, la extracción del azufre siciliano, se consideran un ejemplo perfecto y dramático de arqueología industrial.

¿Qué causó la destrucción de todos los artefactos?

En primer lugar, la construcción ilegal: especialmente durante los años 70, gran parte del paisaje rural de Lercara fue, como muchas otras realidades italianas, fuertemente rediseñado por expansiones urbanas incontroladas. Esto ha provocado la demolición de muchos hornos y lugares pertenecientes a la antigua mina de azufre.

Además, incluso hoy en día, muchos de los yacimientos postmineros pertenecen a particulares. No obstante, la administración local ha manifestado en repetidas ocasiones su interés por la construcción de una ruta paisajística-naturalista, capaz de fomentar el turismo cultural interno y externo, como ocurre en muchos países europeos.

La mina de Lercara Friddi es, de hecho, aún más importante: la mayoría de los yacimientos postmineros coinciden con la zona antigua del centro arqueológico. El objetivo y la ambición serían construir todo un camino de descubrimiento del interior de Sicilia, desde la antigüedad hasta los ejemplos postindustriales de la última época moderna.

Aigae, la Asociación Italiana de Guías Medioambientales y de Senderismo, ya ha realizado numerosas inspecciones y ha diseñado posibles itinerarios de visita, tanto para la parte arqueológica como para la postindustrial, incluyendo numerosos pozos, cuevas y antiguos lugares de trabajo minero.

Sin embargo, todo esto sigue siendo más bien una intención, en primer lugar por falta de infraestructuras adecuadas y de fondos suficientes.

 

¿Cuál es la función del museo?

Dadas las intenciones de la actual administración municipal de Lercara, está claro que el museo de la mina representa un punto de partida, no un retroceso.

Ya en 2010, la Región de Sicilia creó el Servicio de Parque Arqueológico-Industrial y el Museo de la Mina de Lercara, aunque no es realmente operativo: nunca se completaron los estudios ni los trabajos preliminares para poner en marcha realmente esta ambiciosa iniciativa cultural, que sería la única de este tipo en Sicilia.

 

Además, una resolución autonómica de 2013 suprimió definitivamente el nacimiento del Parque Arqueológico, junto a otros muchos de la región.

Sin embargo, recientemente y precisamente en 2021 se ha renovado el interés por el patrimonio minero de Lercara Friddi: esta vez, centrado únicamente en la preparación y potenciación del Museo de Villa Rose.

La iniciativa es fruto de una colaboración entre lo público y lo privado, con una financiación de 367.548,78 euros, derivada del Fondo de Desarrollo y Cohesión 2014-2020. El objetivo es finalizar las obras en el plazo de un año.

 

¿Para qué sirve este proyecto?

A una revitalización global de los espacios del museo, nunca realmente completada: archivo, biblioteca, vitrinas, sala de conferencias. Nuevo mobiliario para las salas de exposición dedicadas al tratamiento del azufre, elementos multimedia, maquetas, dioramas. El objetivo es empezar desde abajo, para recuperar la memoria histórica ligada a las actividades productivas de Sicilia, para hacer más atractivo el interior de Sicilia y las zonas rurales, también como destino de visitas educativas, según las palabras del actual Consejero de Cultura de la Región de Sicilia.

 

El azufre fue, junto con la agricultura, uno de los pocos y rentables ámbitos de producción de la región hasta al menos los años 50, pero también uno de los soportes más dramáticos desde el punto de vista humano, marcado por las muertes en el trabajo, las condiciones de vida inhumanas y la destrucción del activo medioambiental y paisajístico.

 

El museo se encuentra en Villa Rose (o Villa Lisetta), la residencia de los empresarios Rose-Gardner que iniciaron el boom minero en Lercara.

¿Para qué se utilizaba el azufre?

En primer lugar, como medicina pseudopopular. Pero su finalidad principal era de carácter bélico: el azufre se mezclaba con el salitre y el carbón, creando la pólvora: un explosivo de guerra utilizado hasta finales del siglo XIX.

 

 

Otro uso importante es para el envasado de sosa cáustica.

Aún hoy es posible ver las antiguas parcelas mineras: Colle Madore, Colle Friddi, Colle Croce, Colle Serio, dispuestas en una plaza. El Museo de las Minas de Villa Rose puede visitarse parcialmente, pero todavía necesitará numerosas intervenciones antes de convertirse en un centro educativo y cultural realmente abierto al público.

Palabras clave

Patrimonio post-minero, rural landscape, museos, fondos de la UE

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